Con los pies en el suelo, y la cabeza en las nubes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

No, no y no.

Instantes, segundos. Segundos que cortan la carne podrida de este monstuo. Que se clavan en el cuerpo inerte de lo que me he convertido. No me culpes, sólo soy otra de muchas tantas atrapada en la red de tus labios, amor. No intentes confundirme, se muy bien lo que quiero. No pretendas amarrarme a ti, dejándome desnuda, indefensa a tus palabras llenas de hermosas mentiras. No quieras convertirme en otra de tus victimas haciéndome creer que estoy en lo correcto, mántandome en silencio,mientras te creces siendo tan pequeño. Sólo soy una humana que paga por sus errores inocentes. Sólo soy un alguien corrompido por la ira y el deseo. Sólo soy una niña, que va aprendiendo a hacerse su propio camino, a base de golpes contra la realidad. Y ahora, gracias a eso, soy algo más de lo que tú nunca podrás ser. No me subestimes, vida mia, todavía tengo mucho que enseñarte. Aquel nombre que escribiste en el camino de mi destino, se borró con las huellas del tiempo. ¿No puedes aceptar verme fuerte? Aunque intentes derrotarme, resurgiré de mis cenizas. Las lágrimas ya no serán mi debilidad, serán las armas para apartarte de mi. Serán la llave para poder respirar la libertad. Así que no luches más conmigo, porque seré yo la que gane. Y, hasta entonces, este monstruo encadenado, no dejará de ser fuerte.

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